sábado, 19 de abril de 2008
RUGBY - Espíritu Puro - Amistad para toda la vida
APRENDAMOS DE NUESTROS ABUELOS
EN LA EPOCA DE 1940
Pucará, el equipo donde brilló Guillermo Ehrman, tuvo en CUBA a su gran rival.
En uno de esos duelos legendarios el Gringo protagonizó un episodio que define a un verdadero caballero del deporte
En uno de esos choques se produjo el episodio que generó la amistad inquebrantable entre estos dos hombres de rugby. En una acción del partido el botín derecho de Ehrman dio involuntariamente contra el rostro de Achaval produciéndole un corte profundo sobre la ceja derecha. El partido no se detuvo mientras atendían al hooker de Universitario al costado de la cancha pero el Gringo se quedó a su lado para constatar su estado. La herida era seria, había que coserlo y evidentemente no iba a poder seguir jugando. En esa época no se permitían cambios y CUBA se quedaba con un jugador menos en un partido decisivo. "Andá Gringo, no te preocupes, seguí jugando que yo voy a estar bien" le dijo Achaval. "No Horacio, si vos no podés seguir yo me quedo acá, que jueguen catorce contra catorce".
El partido siguió con dos espectadores de lujo. Dos hombres que ese día sellaron una amistad para siempre y transmitieron una perfecta síntesis de los valores que enseña este deporte. Puro espíritu de rugby. Así era Guillermo Ehrman, el gran caballero del rugby argentino.
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